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Gustavo Ramos Rivera

Nacido en 1940 en Ciudad Acuña, Coahuila, México.

Es un artista cuya obra se desarrolla en un contexto marcado por la transición entre la cultura tradicional mexicana y la influencia internacional. A diferencia de los muralistas mexicanos que enfatizaban la identidad nacional, Ramos Rivera busca la universalidad en su arte y no se limita a una idea convencional de la cultura mexicana.

Su Obra

Su obra refleja una profunda exploración de la materialidad y el proceso pictórico. En la década de 1980, creó obras oscuras en las que aplicaba grandes cantidades de alquitrán, revelando huellas de color enterrado bajo la capa de alquitrán. Esta técnica sugiere una lucha del artista por descubrir su propia "identidad original" y un regreso a los orígenes de su obra.

Ramos Rivera se inspira en el expresionismo abstracto, aunque no sigue su metafísica, centrándose en su experiencia individual y en la exploración del gesto y la huella instintiva en su obra. Su enfoque es poético y vivencial, invitando a respuestas intuitivas y personales a sus pinturas. Su obra se sitúa en la encrucijada entre la tradición mexicana y la influencia internacional, destacando la importancia del proceso pictórico y la exploración individual en su práctica artística.

​Ramos Rivera

Ramos Rivera es un artista cuya obra ha evolucionado desde sus primeros lienzos ásperos y de colores intensos hasta piezas más complejas y articuladas en la década de los 90. Estos trabajos iniciales mostraban una intensidad cromática y una técnica que agregaba complejidad espacial. Con el tiempo, se alejó de los objetos literales para centrarse en el espacio pintado, buscando la libertad en su formato.

 

Su paleta es una representación diaria y documental, y utiliza el color de una manera que va más allá de una descripción convencional. A veces, el uso repetido de un color puede destacar en una obra, pero luego disminuir y desaparecer en otras, lo que da a entender una paleta dinámica y cambiante. Ramos Rivera juega con la percepción espacial, utilizando tonos y técnicas que crean una sensación de profundidad y movimiento en el lienzo.

La línea, en sus obras, tiene diversos propósitos: puede separar espacios, guiar la vista, o incluso actuar como una barrera. Esta versatilidad es aún más evidente en su serie de obras en papel, donde combina diferentes medios con el óleo. En sus trabajos más recientes, algunas líneas parecen resistirse a integrarse con el resto de la imagen, sugiriendo la coexistencia de dos "tipos" de pintura en una misma obra.

Evolución

Comparando con sus pinturas de alquitrán de los años 80, su línea ha evolucionado a ser más independiente y audaz. En lugar de simplemente definir o contener, la línea de Ramos Rivera es ahora una entidad libre, comparable a la forma en que la memoria puede ser maleable y adaptarse a la imaginación.

Aunque la obra de Ramos Rivera puede tener elementos explícitos, como en "La bicicleta verde" y "Gallo norteado", a menudo utiliza formas y líneas que evocan diferentes significados personales. Estas formas y líneas, aunque ambiguas, son evocadoras y abiertas a interpretación, invitando al espectador a crear sus propias historias a partir de ellas.

Ramos Rivera ve la pintura como un medio que se aleja de las narrativas literarias tradicionales. A diferencia de la ficción o la poesía, la pintura puede mostrar múltiples episodios simultáneamente, sin una lógica narrativa precisa. Las formas en sus obras están en constante cambio, representando una interpretación dinámica de la memoria y del pasado. Esta fluidez permite que las formas y los colores se reinterpreten y se reconfiguren constantemente, reflejando la naturaleza cambiante y multidimensional de la memoria.

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